viernes, 26 de febrero de 2010

Mirà, Mario...

yo te creo ese personaje de chico (cuarentòn, bah) rebelde y filoso. Te puedo aceptar tus desprolijidades sobre "malformaciones varias" o "condiciones psìquicas" de mostros de nuestra faràndula. Pero no me pidas que acepte alegremente que le hayas hablado a Tognetti de "la papa", de remedios oncològicos, porque te ganò (y ni siquiera fue a vos Mario Pergolini, sino a Eyeworks, el nuevo dueño de Cuatro Cabezas) un juicio laboral.

Yo te escuchè decir màs de una vez que Tognetti era un mal tipo. Pero ni siquiera a los malos tipos se les desea una enfermedad. Aunque màs no sea, para que no te vuelva, viste, esa onda de energìa que emitimos cuando hacemos un (algùn) comentario.

Y ya sè que te voy a ver con Majul o con Rial, dando tus explicaciones del por què la menciòn a los medicamentos oncològicos. Y rièndote, y diciendo que "bueno, despues de todo es lo que pienso yo y nadie màs se tiene que hacer cargo". Pero sabès què pasa? Es como el tema de los desaparecidos. Cuando por medio hay sufrimiento, alguien que perdiò un hijo como alguien que perdiò la salud, el pie de plamo se hace indispensable.

Aunque te envuelva tu peluca de inimputabilidad, Mario Pergolini.

sábado, 6 de febrero de 2010

Bueno, amigos... parto.

Hacia un crucero por las aguas caribeñas, munida de una riñonera del Mundial Francia 98 y una foto de Arsenio Erico.

Algunos dòlares y algunos Lecops.


Una bolsita con potpourrì de lavanda y una remera con una cara de gato ASI de grande.




Nos vemos a la vuelta, el 15 de mayo del corriente año.