sábado, 22 de junio de 2013

Un destierro vengo a proponer: el destierro de tu eterna sonrisa de mis ojos. Pasar nuevamente esa mirada por el tamiz de la fantasía ciega y así dejarte. Para que el bastón blanco te acompañe y te quedes ciego, tan ciego que me llames. Y yo no te escuche porque tu desamor me dejó sorda.