es raro, los seres humanos, cuando se nos cierran caminos, nos proponemos abrir otros.
para no deprimirnos tanto... digo.
cuando nos quitan la sal porque nuestra presiòn arterial subiò a màs de 120/80 (y cada vez la bajan màs... dentro de poco serà necesario tener 80/60 para no despedirse del morfi) ideamos estrategias de supervivencia. Disfrazamos la falta de ese sabor que le da sentido a la vida (el sabor de las làgrimas) con otras sustancias, a saber:
el otro dìa en una reuniòn familiar, dije muy oronda que cortaba los pepinos un rato antes de zampàrmelos, y en lugar de macerarlos con sal, como se debe hacer, para que larguen el lìquido, yo lo hago con azùcar. Inenarrable carcajada general. Sì, pero yo puedo seguir comiendo pepino a pesar de tener las arterias al borde de la guerra civil.
y despuès, no exenta de algunas làgrimas, me como los pepinos dulces con limòn y aceite.
o le meto condimento para pescado a la carne vacuna, si es la ùnica bolsita que queda en el frasco de las especias.
echo medio litro de vino a la salsita que adorna el bifecito de lomo. Total, mejor terminar en pedo que darme cuenta que ese glorioso medallòn sòlo puede saber a ... carne.
Snif.
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