miércoles, 12 de octubre de 2011

Desde el ayer, pensaba
Que cuando el mañana llegara
Llegarìa la luz, la ùnica luz posible.
La de tus ojos.

... Ah sì, cuando la inclemencia era
La posiblidad que tenìan mis antojos
De volverse visibles
Escribìa y entregaba
Deducìa, prorrogaba,
Esperando el aroma.

Pero fue un destello y me cegaba:
Pasaste sin saber quièn te miraba.
Tomè el cafè, cerrè mi libro
Y salì a la lluvia que escampaba.