viernes, 24 de abril de 2009

El lìmite de la decencia

Esto viene a cuento del hombre que devolviò $ 130.000, un taxista de La Plata que tuvo ese gesto para con un pasajero que olvidò un maletìn con ese dinero en el asiento trasero del tacho.

Que hoy nos cansamos de ver y escuchar, hablando acerca de su acciòn.

Resultò ser que el hombre, con la bolsita con el dinero sobre la mesa de su casa, le sacò fotos (al dinero) y luego se dirigiò "con su esposa"... (Con su ESPOSA! A quien le dijo "Vestite que vamos a devolver algo"), previo contacto telefònico con el dueño del dinero, a la seccional primera de "la citada localidad", a efectuar la devoluciòn de la guita.

Al margen de todas estas "nimiedades de color" que nos pintan que el tipo era absolutamente consciente de su pròxima popularidad (y a no obviar que trabaja en un sindicato, eh), efectivamente devolviò la biyuya.

Y al escucharlo, yo pensaba.. hubiese devuelto igual la plata si hubiera sabido que la persona lo podìa ubicar, sòlo recordando la empresa en la que habìa pedido el remise?

Somos igual de buenos y de honestos cuando no tenemos certeza de que nos puedan "pescar"?

Da lo mismo que la suma a devolver sean $50, que sean $130.000.... o sea, infinito màs dinero?

Lo que nos hace honestos... es la educaciòn recibida, o el ojo del otro?

Para què carajo llevò a la ESPOSA?










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PARA QUE CARAJO LLEVO A LA ESPOSA??

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