viernes, 24 de abril de 2009

Quirquincho Quiñones.

La leyenda del mate, o Quirquincho Quiñones y el tererè.



Quirquincho Quiñones miraba preocupado a su princesa indígena-

“Se nos muere” decìa. La princesa estaba enferma, tirada bajo un árbol, y todos buscaban desesperados un cuenco en que darle agua.

Nadie podìa encontrar el cuenco. Un rìo corrìa por allì, pero no habìa en què darle el agua..

“Dèjenme pensar”, les dijo Quiquincho Quiñones a los amigos de la princesa, “Còmo podemos hacer para que vuelva a tener energìa para subir hasta su choza.”

Miraba distraìdo las hierbas del piso, hasta que mordisqueò una y sintiò una oleada de energìa.

“Uy, dijo, què rica bebida se harìa con agua y esto”.

Pero todavía existìa el problema de en què darsela a beber…

“Bueno”, dijo Quirquincho Quiñones. “Grandes problemas exigen grandes soluciones” Y se quitò la caparazón y colocò en ella agua fresca. Moliò esa hierba, buscò una cañita y le dio de beber a la princesa de aquella bebida

La princesa volvìa lentamente en sì.

Y quiso saber quièn le habìa preparado aquella bebida que hacìa que pudiera volver a caminar.

“Quirquincho Quiñones” le dijeron “Se sacò su caparazón y puso agua fresca con hierba dentro”. “Cuando vos bebiste, te pusiste bien enseguida”.

“Traigan acà a ese quirquincho”, dijo la princesa.

“A ver, animalito… dicen que vos sacaste tu caparazón para que yo pudiera beber?”

Quirquincho Quiñones bajò modestamente los ojos.

“Y por què lo hiciste?”

“Porque vos siempre nos respetaste, y fuiste nuestra amiga”

“Pero el caparazón era muy importante para vos. Te podìas morir de frìo si no lo tenìas”.

“Sì… pero màs importante era que vivieras”.

“Y còmo se llama la bebida que me diste”?

“No lo sè… “tepreparè”, “teayudè”…”Tererè”, te parece?”

“Me parece. Tererè para todos, entonces!!”
La leyenda del mate, o Quirquincho Quiñones y el tererè.



Quirquincho Quiñones miraba preocupado a su princesa indígena-

“Se nos muere” decìa. La princesa estaba enferma, tirada bajo un árbol, y todos buscaban desesperados un cuenco en que darle agua.

Nadie podìa encontrar el cuenco. Un rìo corrìa por allì, pero no habìa en què darle el agua..

“Dèjenme pensar”, les dijo Quiquincho Quiñones a los amigos de la princesa, “Còmo podemos hacer para que vuelva a tener energìa para subir hasta su choza.”

Miraba distraìdo las hierbas del piso, hasta que mordisqueò una y sintiò una oleada de energìa.

“Uy, dijo, què rica bebida se harìa con agua y esto”.

Pero todavía existìa el problema de en què darsela a beber…

“Bueno”, dijo Quirquincho Quiñones. “Grandes problemas exigen grandes soluciones” Y se quitò la caparazón y colocò en ella agua fresca. Moliò esa hierba, buscò una cañita y le dio de beber a la princesa de aquella bebida

La princesa volvìa lentamente en sì.

Y quiso saber quièn le habìa preparado aquella bebida que hacìa que pudiera volver a caminar.

“Quirquincho Quiñones” le dijeron “Se sacò su caparazón y puso agua fresca con hierba dentro”. “Cuando vos bebiste, te pusiste bien enseguida”.

“Traigan acà a ese quirquincho”, dijo la princesa.

“A ver, animalito… dicen que vos sacaste tu caparazón para que yo pudiera beber?”

Quirquincho Quiñones bajò modestamente los ojos.

“Y por què lo hiciste?”

“Porque vos siempre nos respetaste, y fuiste nuestra amiga”

“Pero el caparazón era muy importante para vos. Te podìas morir de frìo si no lo tenìas”.

“Sì… pero màs importante era que vivieras”.

“Y còmo se llama la bebida que me diste”?

“No lo sè… “tepreparè”, “teayudè”…”Tererè”, te parece?”

“Me parece. Tererè para todos, entonces!!”



Desde ese dìa, en cualquier lugar del mundo que haya alguien capaz de sacarse el caparazón para que un amigo pueda beber y sentirse mejor, existe esa bebida llamada mate.El mate cebado con agua frìa se conoce como “tererè”. Para compartir las penas y hacerlas menos pesadas.

penas y hacerlas menos pesadas.

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